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EL ACTO DE LEER Y ESCRIBIR

En la práctica de transición las maestras deberán estar dotadas de los conocimientos necesarios para contribuir en los procesos de lectura y escritura de los niños de 5 a 7 años, recuerden que no solo se enseña a leer y a escribir, se enseña el significado y la alegría de la lectura para que esta sea posible agradable y enriquecedora, tanto para la maestra como para su grupo.
Por tanto el acto de escribir para nuestros niños y niñas es un proceso que permite expresar, relacionar, y comunicar ideas, pero sobretodo es un proceso de construcción de significado. La lectura colabora al aprendizaje de la escritura con la ventaja de que se va aprendiendo a escribir sin sospechar que el aprendizaje se está produciendo. Los niños y las niñas lectores producen mejores texto y con mayor facilidad porque entienden la función comunicativa de la lengua escrita.
Los niños aprenden la lengua del grupo social al cual pertenecen: los adultos (maestros, padres, tutores, tios, hermanos mayores) muestran a los niños por qué y cómo se usa el lenguaje cuando le hablan y se hablan entre sí. El niño aprende la lengua oral porque la ve como algo propio que requiere para comunicarse.
Con la misma facilidad el niño y la niña deberán entender que la lengua escrita es una herramienta de comunicación y de expresión y debería utilizar la lectura de la misma forma que ha utilizado la escucha: buscando modelos que le indiquen cómo escribir. La lectura de textos significativos en situaciones reales e interesantes, teniendo presente sus conocimientos previos, la fantasia y su imaginacion le permitirán al niño comprometerse con el texto, hacer predicciones sobre lo que el autor va a decir y compartir lo que se cuenta de manera significativa y estructurada.
Es necesario que el docente se transforme en guía cercano de los niños y niñas en el proceso lector y que simultáneamente vaya perfeccionando su escritura, creando situaciones que le permitan entender el valor que tiene la lengua escrita no sólo como medio de comunicación, de diversión, sino teniendo presente su responsabilidad frente a la aplicación de actividades sin significado.
El maestro debe dar permanente estimulo y apoyo a los niños y niñas para que con ello adquieran la confianza en sus propias posibilidades como creadores.